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Arquitectos: Nicolas Dahan
- Área: 280 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Vincent Leroux, Jean-Luc Guérin
Un espacio para vivir y moverse dentro del bosque de pinos
Con esta casa de 250 metros cuadrados, el arquitecto francés Nicolas Dahan desarrolló un refugio transparente, que invita a la belleza del entorno exterior al interior de la casa, perfectamente construida con técnicas de ingeniería de madera. El piso y el techo reflejan las dimensiones del otro, rompiendo todas las nociones de jerarquía. La vista se desliza entre los pinos y las perspectivas interiores; es casi innato deambular desde la arena cálida del exterior hasta el piso de madera dentro de la casa.
Redefiniendo la idea del umbral, el arquitecto no ha creado una entrada frontal tradicional. Para entrar en la casa, se debe ingresar en el espacio habitable de 130 metros cuadrados o en una de las 5 habitaciones, describe Nicolas Dahan:
Entrar al pinar es entrar a la casa. El sitio en sí es parte integral de la arquitectura. Los pinos y robles brindan refugio de los fuertes vientos. El océano, aunque no visible, está tan cerca que el sonido de las olas marca el ritmo del día. La naturaleza recorre los dormitorios y el salón. La casa se construye donde fluye el aire
El techo está compuesto por 136 cajones de alerce, el piso está hecho de 136 paneles de madera de okoume, la simetría perfecta alinea esta composición arquitectónica. La principal inspiración para el espacio proviene de la villa estadounidense de un solo piso, y el piso y el techo requieren habilidades de ingeniería desarrolladas por la visión de John Lautner para la arquitectura abierta.
Tuvimos que instalar un depósito en el lugar para proteger la construcción, el nivel de precisión requerido para construir el techo no permitía la humedad. El alerce se ha lijado para adquirir un acabado normalmente reservado a los muebles. No hay tornillos ni clavos aparentes. El uso de juntas ocultas ofrece una sensación única de fluidez tanto dentro como fuera de la casa. La viga central de 16 metros de largo es digna de un gimnasio, pero sus acabados están hechos de tal manera que se convierte en parte del espacio doméstico
Atrapar la luz es un lujo
La altura estándar de las puertas correderas de vidrio es de 2,20 metros, aquí llegan más allá de los 3 metros de altura. Este es un signo de lujo. La magia que ofrecen las villas brasileñas que vemos en las revistas se basa en superficies de vidrio hechas a medida a gran escala. Solo 5 empresas en el mundo pueden ofrecer volúmenes tan grandes de vidrio, capaces de la ligereza del deslizamiento. El resultado, es invisible a los ojos, es único. Las sombras del pinar, proyectadas sobre las superficies interiores de madera, acompañan a los habitantes con diferentes grados de intensidad durante todo el día. Los dormitorios y la sala de estar aprovechan al máximo las cuatro direcciones cardinales, norte, este, sur y oeste.
El lujo se obtiene a un costo y con algunas condiciones, como asegurar una cobertura que normalmente se tomaría en la primera tormenta. Según Nicolas Dahan:
Dos tercios de la casa se construyeron con paredes de vidrio, que son demasiado livianas para soportar el techo en determinadas condiciones climáticas. Nos vimos obligados a reforzar el techo con metal y anclar la casa con paredes de hormigón. Es el ejemplo perfecto de la sensibilidad de este tipo de construcciones. La madera y el vidrio se usaron al extremo para revelar sus fortalezas y debilidades. La casa es parte de la familia, como en el contexto japonés, por lo que necesita cuidados y atención
La madera es un material excelente, es flexible pero, en última instancia, tiene sus debilidades. Para que sea tan fuerte como el cemento, hay que ayudarlo, aplastarlo, lijarlo, barnizarlo. Mucho después de la construcción, la casa seguirá viviendo sola.
